
¿Es la “nube” un desarrollo prometedor para los inversores?
Un aspecto que subyace a muchos de estos temas es el potencial disruptivo de la tecnología, la seguridad de que la innovación acabará proporcionando las soluciones necesarias para afrontar muchos de los retos actuales y futuros del mundo. Sin embargo, aunque muchos de nosotros tenemos la mirada puesta en esta revolución digital en el horizonte, la computación en la nube ha estado preparando sutilmente el camino para que las empresas comiencen a adaptarse desde ahora. Así, la computación en la nube es una tendencia estructural a largo plazo que ya ofrece oportunidades en el presente a los inversores.
Suscribiendo el modelo de pago por uso de la computación en la nube, las empresas pueden acceder a un sistema operativo escalable y flexible, que se actualiza regularmente con las innovaciones más recientes de software y equipamiento. En breve, permite a las compañías adaptarse a un futuro cambiante.
La computación en la nube se disparó inicialmente en el ámbito comercial durante la pandemia, pues su oferta de negocio virtual encajó a la perfección con la repentina demanda de trabajo remoto. No obstante, su adopción generalizada a nivel mundial todavía se halla en su infancia, y su potencial de crecimiento sigue siendo significativo: se percibe como el motor de la inminente transformación digital de los negocios. A nivel mundial, el gasto de usuarios finales en servicios públicos de nube alcanzó $410.900 millones en 2021, pero se prevé que crecerá un 20,4% hasta un total de $494.700 millones en 2022 y que alcanzará casi los $600.000 millones en 20231.
En cualquier sector de actividad, las empresas que más invierten en sus sistemas y que están dispuestas a ser innovadoras y adoptar nuevas tecnologías suelen tener los mejores productos y servicios. Así, para los inversores que buscan compañías de talla mundial, identificar a aquellas con sistemas informáticos de vanguardia (lo cual incluye a la computación en la nube) debería ser un requisito básico.
Los proveedores de computación en la nube se esfuerzan por facilitar esta transición examinando minuciosamente la cadena de valor en todos los segmentos de la economía, para ver cómo la nube puede crear nuevas eficiencias. De este modo, el paquete de productos y servicios se ha ampliado en gran medida en los últimos cinco años: ahora gira más en torno al desarrollo de software y aplicaciones que en la mera subcontratación de equipamiento informático.
La actual mejora de los servicios de nube ya está dividiendo esta tecnología en distintos componentes de servicio, como por ejemplo infraestructura como servicio (IaaS), plataforma como servicio (PaaS) y software como servicio (SaaS). No obstante, muchas otras áreas se beneficiarán del crecimiento de la computación en la nube:
- Capacidad de almacenamiento: en un mundo en que el volumen de datos aumenta con rapidez, muchas empresas recurren a la nube en busca de mayor capacidad. Además, el precio de este almacenamiento está disminuyendo al aumentar la competencia.
- Seguridad: ante el auge y la creciente sofisticación de la ciberdelincuencia, los proveedores de servicios de nube pueden proporcionar mejores medidas de seguridad que las empresas individuales.
- Experiencias de cliente personalizadas: a medida que los clientes se tornan más exigentes, utilizar la nube para mejorar la interacción con ellos a través de aplicaciones de retroalimentación e intensificar la colaboración aportará ventajas.
- Inteligencia artificial (IA): los servicios de IA y las plataformas de aprendizaje automático requieren una enorme capacidad de procesamiento y de ancho de banda. La disponibilidad de centros de datos en la nube significa que las capacidades de IA serán accesibles para un público mucho más amplio.
- Función como servicio (FaaS): la nube sin servidores es un concepto novedoso, que permitirá a las empresas dejar de tener que mantener sus propios sistemas de servidores y acceder a una mayor capacidad al ritmo que requiera su negocio, en lugar del que dicte su gasto de explotación.
La nube también permite crear muchos más datos en todas las áreas del negocio, elevando la concienciación y brindando la oportunidad de realizar mejoras operativas que conducen a mucho menos desperdicio en el sistema, lo cual no solo beneficia al medioambiente, sino también al consumidor y al gobierno corporativo.
La computación en la nube es una de ellas, que ofrece muchas ventajas a los usuarios de sus servicios (tanto del sector público como del privado) y a los inversores en busca de un sector milmillonario cuyo crecimiento todavía se halla en sus fases iniciales.
En BNP Paribas creemos que la computación en la nube no es meramente un tema tecnológico, sino uno que afecta a todos los sectores, industrias y regiones, y que apuntalará las soluciones a los cambios estructurales a largo plazo a los que se enfrenta actualmente el mundo. En nuestra opinión, las empresas que aprovechen todo lo que puede ofrecerles la nube son las que prosperarán y liderarán el mercado en el futuro. Nuestro enfoque de inversión abierto e investigativo se propone descubrir las numerosas oportunidades dentro de este tema innovador y de rápido crecimiento.