
EE. UU. y China: la diplomacia ha vuelto, pero… ¿funcionará?
Pese a la convicción con la que afirmó que “la diplomacia ha vuelto”1, ¿logró Biden persuadir a sus aliados para cerrar filas en torno a Estados Unidos en sus esfuerzos para limitar el predominio del gigante asiático? En un mundo tan globalizado como el actual, cabe preguntarse si ello es posible; al fin y al cabo, sin la colaboración de China, la doble lucha contra la pandemia y el cambio climático será todavía más ardua. En este contexto, ¿qué significaría una mayor tensión entre Occidente y China para los inversores?
El G7 también emplazó a China “a respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales”3, poniendo énfasis tanto en Xinjiang como en Hong Kong. Estas palabras no solo ponen de relieve las diferencias ideológicas entre Washington y Pekín (democracia frente a autocracia), sino que también revelan la determinación de Biden a la hora de movilizar al G7 (y a otras naciones receptivas) a hacer frente al poderío de China.
Un desarrollo significativo fue la incursión de aviones de combate chinos en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán el 15 de junio. No está claro hasta qué punto esto debería interpretarse como un mensaje del descontento de China con lo que percibe como la interferencia de Occidente con su autoridad (que incluye su postura sobre Taiwán) o como una demostración oportuna de su poderío militar, pero implica que las relaciones entre China y Occidente seguirán siendo tensas.
Dado el creciente predominio de China en el comercio global, no sorprende que estos países se mostraran reacios a expresar críticas demasiado duras. El año pasado, las autoridades chinas no tardaron en responder a la petición de Australia de una investigación independiente en torno al coronavirus suspendiendo sus importaciones de varias materias primas australianas. La necesidad de mantener relaciones cordiales con China también es crucial para las ambiciones del G7 para combatir tanto el cambio climático como la pandemia.
El gigante asiático, no obstante, comienza a asumir sus responsabilidades a este respecto. Además de comprometerse a reducir sus emisiones y alcanzar la neutralidad de carbono de cara a 2060, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (que ha respaldado la infraestructura de países en vías de desarrollo) ya ha iniciado proyectos verdes en muchos mercados emergentes.
El compromiso del G7 de “reconstruir mejor para el mundo” trata de retar a China en este ámbito ofreciendo un modelo financiero y de infraestructura apuntalado por una mayor transparencia y criterios medioambientales más estrictos. No obstante, el grupo no llegó a ponerse de acuerdo sobre cómo financiar tal iniciativa o lo que implicaría, con lo que hoy en día no es más que una mera declaración de intenciones.
En última instancia, tanto el cambio climático como la pandemia brindan a China una oportunidad para perfilarse como un líder global benigno, precisamente la posición que Biden intenta socavar. No obstante, el mundo no podrá avanzar realmente en torno a estas cuestiones sin cooperación y colaboración.
En BNP Paribas Asset Management creemos que China no puede faltar en una cartera equilibrada (en función de los objetivos del inversor) si tenemos en cuenta su peso creciente en los principales índices de mercado globales y sus mercados financieros cada vez más maduros: el país representa actualmente casi un 18% del PIB global y un 11% de la capitalización bursátil mundial10. Además, los activos chinos han mostrado una baja correlación con los mercados desarrollados y otros mercados emergentes, con lo que proporciona atractivas cualidades de diversificación.
El país asiático también jugará un papel importante en la evolución de la transición energética y en el desarrollo de la infraestructura asociada, así como en la necesidad de establecer un suministro más sostenible de agua y alimentos a la luz del tamaño de su población y del crecimiento de su clase media. Dicho esto, los inversores que desean tener en cuenta los criterios sociales y de buen gobierno de un enfoque ESG hacen bien en desconfiar de China.
Este es el motivo por el que consideramos los factores medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) como un pilar de nuestro proceso de inversión, e investigamos desde todos los ángulos para asegurarnos de que las empresas en las que invertimos satisfacen nuestros estrictos criterios de inversión responsable. En nuestra opinión, no hay que preguntarse si China debe figurar o no en la cartera de un inversor, sino cómo gestionar esa inversión.
2https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2021/06/13/carbis-bay-g7-summit-communique/
3https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2021/06/13/carbis-bay-g7-summit-communique/
4https://www.nato.int/cps/en/natohq/news_185000.htm?selectedLocale=ro
5https://www.theguardian.com/world/2021/jun/14/nato-summit-china-russia-biden-cyber-attacks.
6https://www.bbc.co.uk/news/world-asia-china-57458822
7https://www.ft.com/content/501551f1-5624-469c-bcf3-c31544de0e1e
8https://www.standard.co.uk/news/world/china-g7-statement-countries-stop-slandering-human-rights-b940416.html
9 https://www.cnbc.com/2021/05/06/chinas-greenhouse-gas-emissions-exceed-us-developed-world-report.html
10https://investors-corner.bnpparibas-am.com/investing/chinas-vast-opportunity-set-best-enjoyed-undiluted/